otro rollito más: 🕯️
con estos seres yo compartí gran parte de este año tan especial y caótico. faltan Gina, Lautaro y Rosa.
gracias a ellos por el sostén de todos estos meses.
los guardo en mi corazón y en mis analógicas.
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con estos seres yo compartí gran parte de este año tan especial y caótico. faltan Gina, Lautaro y Rosa.
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mala pero cutie 🎀
@camilafortunatoph
@bullmediagroup
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pienso eternamente, todos los días, en el vacío que provoca estar inmersos acá, en este espacio, en esta red y no de contención. identifico que me da ansiedad. también puedo identificar que inclusive, aún que me de ansiedad, me estoy abriendo a contar sobre mi sentir emocional, y eso en mi me provoca otro tipo de sentimientos que aún no puedo entender qué tan legibles son, qué tan reales o qué tan verdaderos, vívidos. sobre todo vívidos. porque, para mí, lo vívido es puro, es genuino, es fiel y sobre todo real. porque en la realidad te sudan las manos, te late muy fuerte el corazón, la angustia cae sobre vos como si no existiera otra forma de expresarse. como si cayera la peor miseria. en un contexto real. en lo puro de ser magníficamente vulnerables.
pienso que somos seres capaces de transformar la vulnerabilidad en una sensibilidad inmersa que desborda exquisitez, que despierta descubrimiento, que abre un camino eterno hacia el adentro, sumando ahora si, experiencias colectivas que nos brindan herramientas para armarnos. para desarmarnos cincuenta y dos veces y para volver a armarnos.
porque lo colectivo nos construye. y como nos construye nos devora. nos lleva por caminos espectaculares y por otros caminos que aún así, siguiéndolos y dejándonos llevar en el intento, no son tan espectaculares.
tal vez sea parte de esta construcción del ser. del deseo de la estabilidad, la paz, el eje, que ni se si existe, pero en el eje en sí, en el no sé qué, buscando el equilibrio. lo constante, lo capaz. la forma de sentirnos en comodidad, en transformación constante hacia eso que nos desprende y nos ataja nuevamente. como si fuéramos todo y nada a la vez.
tal vez el adentro sea solo una pura construcción del ser en soledad, armándose mediante guerras infinitas, amores que tropiezan y amores que te hacen brillar los ojos.
el adentro como un lugar de remanso infinito.
porque no hay nada más lindo que llegar a casa y encontrarse. con dolor, con angustia, con alegría y resplandor, con sabor a quererlo todo o con ganas de acostarte y comer lo más rico de tu vida.
pero llegar y sentirse. sobre todo en lo verdadero. que claro que acá no se ve ni por asomo.
pienso eternamente, todos los días, en el vacío que provoca estar inmersos acá, en este espacio, en esta red y no de contención. identifico que me da ansiedad. también puedo identificar que inclusive, aún que me de ansiedad, me estoy abriendo a contar sobre mi sentir emocional, y eso en mi me provoca otro tipo de sentimientos que aún no puedo entender qué tan legibles son, qué tan reales o qué tan verdaderos, vívidos. sobre todo vívidos. porque, para mí, lo vívido es puro, es genuino, es fiel y sobre todo real. porque en la realidad te sudan las manos, te late muy fuerte el corazón, la angustia cae sobre vos como si no existiera otra forma de expresarse. como si cayera la peor miseria. en un contexto real. en lo puro de ser magníficamente vulnerables.
pienso que somos seres capaces de transformar la vulnerabilidad en una sensibilidad inmersa que desborda exquisitez, que despierta descubrimiento, que abre un camino eterno hacia el adentro, sumando ahora si, experiencias colectivas que nos brindan herramientas para armarnos. para desarmarnos cincuenta y dos veces y para volver a armarnos.
porque lo colectivo nos construye. y como nos construye nos devora. nos lleva por caminos espectaculares y por otros caminos que aún así, siguiéndolos y dejándonos llevar en el intento, no son tan espectaculares.
tal vez sea parte de esta construcción del ser. del deseo de la estabilidad, la paz, el eje, que ni se si existe, pero en el eje en sí, en el no sé qué, buscando el equilibrio. lo constante, lo capaz. la forma de sentirnos en comodidad, en transformación constante hacia eso que nos desprende y nos ataja nuevamente. como si fuéramos todo y nada a la vez.
tal vez el adentro sea solo una pura construcción del ser en soledad, armándose mediante guerras infinitas, amores que tropiezan y amores que te hacen brillar los ojos.
el adentro como un lugar de remanso infinito.
porque no hay nada más lindo que llegar a casa y encontrarse. con dolor, con angustia, con alegría y resplandor, con sabor a quererlo todo o con ganas de acostarte y comer lo más rico de tu vida.
pero llegar y sentirse. sobre todo en lo verdadero. que claro que acá no se ve ni por asomo.
pienso eternamente, todos los días, en el vacío que provoca estar inmersos acá, en este espacio, en esta red y no de contención. identifico que me da ansiedad. también puedo identificar que inclusive, aún que me de ansiedad, me estoy abriendo a contar sobre mi sentir emocional, y eso en mi me provoca otro tipo de sentimientos que aún no puedo entender qué tan legibles son, qué tan reales o qué tan verdaderos, vívidos. sobre todo vívidos. porque, para mí, lo vívido es puro, es genuino, es fiel y sobre todo real. porque en la realidad te sudan las manos, te late muy fuerte el corazón, la angustia cae sobre vos como si no existiera otra forma de expresarse. como si cayera la peor miseria. en un contexto real. en lo puro de ser magníficamente vulnerables.
pienso que somos seres capaces de transformar la vulnerabilidad en una sensibilidad inmersa que desborda exquisitez, que despierta descubrimiento, que abre un camino eterno hacia el adentro, sumando ahora si, experiencias colectivas que nos brindan herramientas para armarnos. para desarmarnos cincuenta y dos veces y para volver a armarnos.
porque lo colectivo nos construye. y como nos construye nos devora. nos lleva por caminos espectaculares y por otros caminos que aún así, siguiéndolos y dejándonos llevar en el intento, no son tan espectaculares.
tal vez sea parte de esta construcción del ser. del deseo de la estabilidad, la paz, el eje, que ni se si existe, pero en el eje en sí, en el no sé qué, buscando el equilibrio. lo constante, lo capaz. la forma de sentirnos en comodidad, en transformación constante hacia eso que nos desprende y nos ataja nuevamente. como si fuéramos todo y nada a la vez.
tal vez el adentro sea solo una pura construcción del ser en soledad, armándose mediante guerras infinitas, amores que tropiezan y amores que te hacen brillar los ojos.
el adentro como un lugar de remanso infinito.
porque no hay nada más lindo que llegar a casa y encontrarse. con dolor, con angustia, con alegría y resplandor, con sabor a quererlo todo o con ganas de acostarte y comer lo más rico de tu vida.
pero llegar y sentirse. sobre todo en lo verdadero. que claro que acá no se ve ni por asomo.
pienso eternamente, todos los días, en el vacío que provoca estar inmersos acá, en este espacio, en esta red y no de contención. identifico que me da ansiedad. también puedo identificar que inclusive, aún que me de ansiedad, me estoy abriendo a contar sobre mi sentir emocional, y eso en mi me provoca otro tipo de sentimientos que aún no puedo entender qué tan legibles son, qué tan reales o qué tan verdaderos, vívidos. sobre todo vívidos. porque, para mí, lo vívido es puro, es genuino, es fiel y sobre todo real. porque en la realidad te sudan las manos, te late muy fuerte el corazón, la angustia cae sobre vos como si no existiera otra forma de expresarse. como si cayera la peor miseria. en un contexto real. en lo puro de ser magníficamente vulnerables.
pienso que somos seres capaces de transformar la vulnerabilidad en una sensibilidad inmersa que desborda exquisitez, que despierta descubrimiento, que abre un camino eterno hacia el adentro, sumando ahora si, experiencias colectivas que nos brindan herramientas para armarnos. para desarmarnos cincuenta y dos veces y para volver a armarnos.
porque lo colectivo nos construye. y como nos construye nos devora. nos lleva por caminos espectaculares y por otros caminos que aún así, siguiéndolos y dejándonos llevar en el intento, no son tan espectaculares.
tal vez sea parte de esta construcción del ser. del deseo de la estabilidad, la paz, el eje, que ni se si existe, pero en el eje en sí, en el no sé qué, buscando el equilibrio. lo constante, lo capaz. la forma de sentirnos en comodidad, en transformación constante hacia eso que nos desprende y nos ataja nuevamente. como si fuéramos todo y nada a la vez.
tal vez el adentro sea solo una pura construcción del ser en soledad, armándose mediante guerras infinitas, amores que tropiezan y amores que te hacen brillar los ojos.
el adentro como un lugar de remanso infinito.
porque no hay nada más lindo que llegar a casa y encontrarse. con dolor, con angustia, con alegría y resplandor, con sabor a quererlo todo o con ganas de acostarte y comer lo más rico de tu vida.
pero llegar y sentirse. sobre todo en lo verdadero. que claro que acá no se ve ni por asomo.
pienso eternamente, todos los días, en el vacío que provoca estar inmersos acá, en este espacio, en esta red y no de contención. identifico que me da ansiedad. también puedo identificar que inclusive, aún que me de ansiedad, me estoy abriendo a contar sobre mi sentir emocional, y eso en mi me provoca otro tipo de sentimientos que aún no puedo entender qué tan legibles son, qué tan reales o qué tan verdaderos, vívidos. sobre todo vívidos. porque, para mí, lo vívido es puro, es genuino, es fiel y sobre todo real. porque en la realidad te sudan las manos, te late muy fuerte el corazón, la angustia cae sobre vos como si no existiera otra forma de expresarse. como si cayera la peor miseria. en un contexto real. en lo puro de ser magníficamente vulnerables.
pienso que somos seres capaces de transformar la vulnerabilidad en una sensibilidad inmersa que desborda exquisitez, que despierta descubrimiento, que abre un camino eterno hacia el adentro, sumando ahora si, experiencias colectivas que nos brindan herramientas para armarnos. para desarmarnos cincuenta y dos veces y para volver a armarnos.
porque lo colectivo nos construye. y como nos construye nos devora. nos lleva por caminos espectaculares y por otros caminos que aún así, siguiéndolos y dejándonos llevar en el intento, no son tan espectaculares.
tal vez sea parte de esta construcción del ser. del deseo de la estabilidad, la paz, el eje, que ni se si existe, pero en el eje en sí, en el no sé qué, buscando el equilibrio. lo constante, lo capaz. la forma de sentirnos en comodidad, en transformación constante hacia eso que nos desprende y nos ataja nuevamente. como si fuéramos todo y nada a la vez.
tal vez el adentro sea solo una pura construcción del ser en soledad, armándose mediante guerras infinitas, amores que tropiezan y amores que te hacen brillar los ojos.
el adentro como un lugar de remanso infinito.
porque no hay nada más lindo que llegar a casa y encontrarse. con dolor, con angustia, con alegría y resplandor, con sabor a quererlo todo o con ganas de acostarte y comer lo más rico de tu vida.
pero llegar y sentirse. sobre todo en lo verdadero. que claro que acá no se ve ni por asomo.
pienso eternamente, todos los días, en el vacío que provoca estar inmersos acá, en este espacio, en esta red y no de contención. identifico que me da ansiedad. también puedo identificar que inclusive, aún que me de ansiedad, me estoy abriendo a contar sobre mi sentir emocional, y eso en mi me provoca otro tipo de sentimientos que aún no puedo entender qué tan legibles son, qué tan reales o qué tan verdaderos, vívidos. sobre todo vívidos. porque, para mí, lo vívido es puro, es genuino, es fiel y sobre todo real. porque en la realidad te sudan las manos, te late muy fuerte el corazón, la angustia cae sobre vos como si no existiera otra forma de expresarse. como si cayera la peor miseria. en un contexto real. en lo puro de ser magníficamente vulnerables.
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tal vez sea parte de esta construcción del ser. del deseo de la estabilidad, la paz, el eje, que ni se si existe, pero en el eje en sí, en el no sé qué, buscando el equilibrio. lo constante, lo capaz. la forma de sentirnos en comodidad, en transformación constante hacia eso que nos desprende y nos ataja nuevamente. como si fuéramos todo y nada a la vez.
tal vez el adentro sea solo una pura construcción del ser en soledad, armándose mediante guerras infinitas, amores que tropiezan y amores que te hacen brillar los ojos.
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pienso que somos seres capaces de transformar la vulnerabilidad en una sensibilidad inmersa que desborda exquisitez, que despierta descubrimiento, que abre un camino eterno hacia el adentro, sumando ahora si, experiencias colectivas que nos brindan herramientas para armarnos. para desarmarnos cincuenta y dos veces y para volver a armarnos.
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tal vez sea parte de esta construcción del ser. del deseo de la estabilidad, la paz, el eje, que ni se si existe, pero en el eje en sí, en el no sé qué, buscando el equilibrio. lo constante, lo capaz. la forma de sentirnos en comodidad, en transformación constante hacia eso que nos desprende y nos ataja nuevamente. como si fuéramos todo y nada a la vez.
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pero llegar y sentirse. sobre todo en lo verdadero. que claro que acá no se ve ni por asomo.
vivimos una noche especial, de esas que quedan guardadas en el corazón 🌹 gracias a @amazonmusicar por la invitación al show tan precioso de Ciro y Los Persas Sinfónico en el Teatro Colón.