Home Actress Elísabet Benavent HD Instagram Photos and Wallpapers April 2024 Elísabet Benavent Instagram - Fui un país en ruinas. Fui un lugar inhabitable incluso para mí. Así que me fabriqué un pasaporte con el que hacer que el tiempo y el espacio se convirtieran en el mismo borrón que dibujan los postes de teléfono cuando viajas en tren. Pero mi país era pequeño y me recorrí entera antes de lo esperado, así que me senté en el andén a esperar que llegase ayuda desde las fronteras. Y lo que vi no me gustó, ni hacia fuera ni hacia dentro. Y me cansé. Armada con más voluntad que fuerza puse en orden los destrozos, barrí las calles, encendí el alumbrado, coloqué de nuevo el cristal en todas las ventanas que estallaron en mí y, con el trabajo terminado, me senté, crucé las piernas y con un suspiro pensé: ahora sí. Pero ahora no. Porque llegaste tú. Y de pronto el cielo no estaba donde yo lo había colocado, el mes de septiembre duró 203 días y un suspiro (todo a la vez) y cuando quise darme cuenta ya no fumaba y me preocupaba la vida sana. Llegaste tú, y ahora en el país que soy suena música a todas horas y no sé dónde están los altavoces, porque me tiembla el pecho. ¿O es que volvió a latir? Llegaste tú, y llegaron los besos con el paraguas y los ojos cerrados, sin importar la lluvia, los cepillos del pelo y de dientes, el pijama, el cajón vacío, la muda, tus libros, los míos y las series que no puedo ver si no estás conmigo. Y perdí el reloj. Ahora ya no sé por qué parece que ha pasado un siglo desde que fui ruina ni por qué todo ha pasado tan rápido. Como los miedos, que también llegaron contigo, pero no de tu mano. Esos los puse yo. Miedo a que te vayas. A estropearlo. A que se muera solo. A que estemos locos de maneras diferentes. Y ya no habrá paz para este país pequeño que se pasa los días en fiesta, temiendo ese momento del domingo en que se cierra la puerta y vuelve el silencio. Ese momento, condensado, pequeño pero denso, antes de que mi vida retome el ritmo, cuando solo te echo de menos. Ahora, tumbada en el sofá con un libro en el regazo estoy triste porque es domingo, pero sonrío. Sonrío porque me ha dado por pensar que siempre fui un país caótico y pequeño, pero nunca nadie me hizo tantas fotos.

Elísabet Benavent Instagram – Fui un país en ruinas. Fui un lugar inhabitable incluso para mí. Así que me fabriqué un pasaporte con el que hacer que el tiempo y el espacio se convirtieran en el mismo borrón que dibujan los postes de teléfono cuando viajas en tren. Pero mi país era pequeño y me recorrí entera antes de lo esperado, así que me senté en el andén a esperar que llegase ayuda desde las fronteras. Y lo que vi no me gustó, ni hacia fuera ni hacia dentro. Y me cansé. Armada con más voluntad que fuerza puse en orden los destrozos, barrí las calles, encendí el alumbrado, coloqué de nuevo el cristal en todas las ventanas que estallaron en mí y, con el trabajo terminado, me senté, crucé las piernas y con un suspiro pensé: ahora sí. Pero ahora no. Porque llegaste tú. Y de pronto el cielo no estaba donde yo lo había colocado, el mes de septiembre duró 203 días y un suspiro (todo a la vez) y cuando quise darme cuenta ya no fumaba y me preocupaba la vida sana. Llegaste tú, y ahora en el país que soy suena música a todas horas y no sé dónde están los altavoces, porque me tiembla el pecho. ¿O es que volvió a latir? Llegaste tú, y llegaron los besos con el paraguas y los ojos cerrados, sin importar la lluvia, los cepillos del pelo y de dientes, el pijama, el cajón vacío, la muda, tus libros, los míos y las series que no puedo ver si no estás conmigo. Y perdí el reloj. Ahora ya no sé por qué parece que ha pasado un siglo desde que fui ruina ni por qué todo ha pasado tan rápido. Como los miedos, que también llegaron contigo, pero no de tu mano. Esos los puse yo. Miedo a que te vayas. A estropearlo. A que se muera solo. A que estemos locos de maneras diferentes. Y ya no habrá paz para este país pequeño que se pasa los días en fiesta, temiendo ese momento del domingo en que se cierra la puerta y vuelve el silencio. Ese momento, condensado, pequeño pero denso, antes de que mi vida retome el ritmo, cuando solo te echo de menos. Ahora, tumbada en el sofá con un libro en el regazo estoy triste porque es domingo, pero sonrío. Sonrío porque me ha dado por pensar que siempre fui un país caótico y pequeño, pero nunca nadie me hizo tantas fotos.

Elísabet Benavent Instagram - Fui un país en ruinas. Fui un lugar inhabitable incluso para mí. Así que me fabriqué un pasaporte con el que hacer que el tiempo y el espacio se convirtieran en el mismo borrón que dibujan los postes de teléfono cuando viajas en tren. Pero mi país era pequeño y me recorrí entera antes de lo esperado, así que me senté en el andén a esperar que llegase ayuda desde las fronteras. Y lo que vi no me gustó, ni hacia fuera ni hacia dentro. Y me cansé. Armada con más voluntad que fuerza puse en orden los destrozos, barrí las calles, encendí el alumbrado, coloqué de nuevo el cristal en todas las ventanas que estallaron en mí y, con el trabajo terminado, me senté, crucé las piernas y con un suspiro pensé: ahora sí. Pero ahora no. Porque llegaste tú. Y de pronto el cielo no estaba donde yo lo había colocado, el mes de septiembre duró 203 días y un suspiro (todo a la vez) y cuando quise darme cuenta ya no fumaba y me preocupaba la vida sana. Llegaste tú, y ahora en el país que soy suena música a todas horas y no sé dónde están los altavoces, porque me tiembla el pecho. ¿O es que volvió a latir? Llegaste tú, y llegaron los besos con el paraguas y los ojos cerrados, sin importar la lluvia, los cepillos del pelo y de dientes, el pijama, el cajón vacío, la muda, tus libros, los míos y las series que no puedo ver si no estás conmigo. Y perdí el reloj. Ahora ya no sé por qué parece que ha pasado un siglo desde que fui ruina ni por qué todo ha pasado tan rápido. Como los miedos, que también llegaron contigo, pero no de tu mano. Esos los puse yo. Miedo a que te vayas. A estropearlo. A que se muera solo. A que estemos locos de maneras diferentes. Y ya no habrá paz para este país pequeño que se pasa los días en fiesta, temiendo ese momento del domingo en que se cierra la puerta y vuelve el silencio. Ese momento, condensado, pequeño pero denso, antes de que mi vida retome el ritmo, cuando solo te echo de menos. Ahora, tumbada en el sofá con un libro en el regazo estoy triste porque es domingo, pero sonrío. Sonrío porque me ha dado por pensar que siempre fui un país caótico y pequeño, pero nunca nadie me hizo tantas fotos.

Elísabet Benavent Instagram – Fui un país en ruinas. Fui un lugar inhabitable incluso para mí. Así que me fabriqué un pasaporte con el que hacer que el tiempo y el espacio se convirtieran en el mismo borrón que dibujan los postes de teléfono cuando viajas en tren.
Pero mi país era pequeño y me recorrí entera antes de lo esperado, así que me senté en el andén a esperar que llegase ayuda desde las fronteras. Y lo que vi no me gustó, ni hacia fuera ni hacia dentro.
Y me cansé.
Armada con más voluntad que fuerza puse en orden los destrozos, barrí las calles, encendí el alumbrado, coloqué de nuevo el cristal en todas las ventanas que estallaron en mí y, con el trabajo terminado, me senté, crucé las piernas y con un suspiro pensé: ahora sí.
Pero ahora no. Porque llegaste tú. Y de pronto el cielo no estaba donde yo lo había colocado, el mes de septiembre duró 203 días y un suspiro (todo a la vez) y cuando quise darme cuenta ya no fumaba y me preocupaba la vida sana. Llegaste tú, y ahora en el país que soy suena música a todas horas y no sé dónde están los altavoces, porque me tiembla el pecho. ¿O es que volvió a latir?
Llegaste tú, y llegaron los besos con el paraguas y los ojos cerrados, sin importar la lluvia, los cepillos del pelo y de dientes, el pijama, el cajón vacío, la muda, tus libros, los míos y las series que no puedo ver si no estás conmigo. Y perdí el reloj. Ahora ya no sé por qué parece que ha pasado un siglo desde que fui ruina ni por qué todo ha pasado tan rápido.
Como los miedos, que también llegaron contigo, pero no de tu mano. Esos los puse yo. Miedo a que te vayas. A estropearlo. A que se muera solo. A que estemos locos de maneras diferentes.
Y ya no habrá paz para este país pequeño que se pasa los días en fiesta, temiendo ese momento del domingo en que se cierra la puerta y vuelve el silencio. Ese momento, condensado, pequeño pero denso, antes de que mi vida retome el ritmo, cuando solo te echo de menos.
Ahora, tumbada en el sofá con un libro en el regazo estoy triste porque es domingo, pero sonrío. Sonrío porque me ha dado por pensar que siempre fui un país caótico y pequeño, pero nunca nadie me hizo tantas fotos. | Posted on 14/Apr/2024 22:16:29

Elísabet Benavent Instagram – Llevo toda la semana pensando en la exigencia, concretamente en la que ejercemos hacia nosotras mismas.
Nunca tengo suficiente. De mí. Siempre quiero más. Siempre hay un motivo por el que decirme que no soy suficiente. Da igual cuánto me esfuerce.
Miras instagram, a tu amiga, a esa chica del gimnasio y siempre sales perdiendo. Esta tiranía de la perfección, del verde césped del vecino, del espejo de aumento, de “mens sana in corpore sano”… un día podrá conmigo. 
Soy de esas que no saben pedir ayuda, de las de “deja, que puedo sola”… de las que tiran de las costuras hasta que solo un hilo mantiene la formalidad.
Un día me romperé y espero que, al hacerlo, de mi interior broten alas que me liberen de mí. De mi juicio, de mi exigencia, de mi control, de mi sobreprotección. Salvarme a mí de mí y después volar.

Este año he terminado una novela con el codo roto, he dejado de fumar, he empezado a hacer deporte, a comer más natural, a dormir mejor y a madrugar, a darme el capricho de una copita de vino solo dos veces por semana, a volver a casa más pronto. Llevo 24 libros leídos desde que empezó el año, tengo en marcha todos los cambios que quería hacer en la casa, estoy planeando viajes, corrigiendo el borrador, voy a visitar a mis padres… 
… y me sigue preocupando que quizá cogí unos kilos.
¿Existe algún momento en el que el mundo deje de decirnos que debemos mejorar? 
Ya me he cansado de estar estropeada, de ser ciudadana de segunda porque a veces los vaqueros de Zara no me suben de los muslos, de escuchar “qué mona en esta foto, estabas más delgada”, “has cogido peso”, “te veo bien, ¿has adelgazado?”, “¿estás haciendo alguna dieta a parte del ejercicio?”, “guapa de cara”, “lo que tienes que hacer es…”
Yo ya me he cansado y, ¿sabes? Ahora solo quiero ser.

Fotos random de la semana. 
1. Mis zapatitos en “Toma Café”.
2. Perseo tranquilo; se ve pocas veces esto.
3. Dame una ostra y dime tonta.
4. Con mis editores de España y México. ❤️
5. Jose siendo Jose
6. Noches de cine.
7. Cosa extraña que refleja muy bien cómo me siento.
8. A veces hasta me peino.
Elísabet Benavent Instagram – Llevo toda la semana pensando en la exigencia, concretamente en la que ejercemos hacia nosotras mismas.
Nunca tengo suficiente. De mí. Siempre quiero más. Siempre hay un motivo por el que decirme que no soy suficiente. Da igual cuánto me esfuerce.
Miras instagram, a tu amiga, a esa chica del gimnasio y siempre sales perdiendo. Esta tiranía de la perfección, del verde césped del vecino, del espejo de aumento, de “mens sana in corpore sano”… un día podrá conmigo. 
Soy de esas que no saben pedir ayuda, de las de “deja, que puedo sola”… de las que tiran de las costuras hasta que solo un hilo mantiene la formalidad.
Un día me romperé y espero que, al hacerlo, de mi interior broten alas que me liberen de mí. De mi juicio, de mi exigencia, de mi control, de mi sobreprotección. Salvarme a mí de mí y después volar.

Este año he terminado una novela con el codo roto, he dejado de fumar, he empezado a hacer deporte, a comer más natural, a dormir mejor y a madrugar, a darme el capricho de una copita de vino solo dos veces por semana, a volver a casa más pronto. Llevo 24 libros leídos desde que empezó el año, tengo en marcha todos los cambios que quería hacer en la casa, estoy planeando viajes, corrigiendo el borrador, voy a visitar a mis padres… 
… y me sigue preocupando que quizá cogí unos kilos.
¿Existe algún momento en el que el mundo deje de decirnos que debemos mejorar? 
Ya me he cansado de estar estropeada, de ser ciudadana de segunda porque a veces los vaqueros de Zara no me suben de los muslos, de escuchar “qué mona en esta foto, estabas más delgada”, “has cogido peso”, “te veo bien, ¿has adelgazado?”, “¿estás haciendo alguna dieta a parte del ejercicio?”, “guapa de cara”, “lo que tienes que hacer es…”
Yo ya me he cansado y, ¿sabes? Ahora solo quiero ser.

Fotos random de la semana. 
1. Mis zapatitos en “Toma Café”.
2. Perseo tranquilo; se ve pocas veces esto.
3. Dame una ostra y dime tonta.
4. Con mis editores de España y México. ❤️
5. Jose siendo Jose
6. Noches de cine.
7. Cosa extraña que refleja muy bien cómo me siento.
8. A veces hasta me peino.

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